viernes, 5 de noviembre de 2010

Alas


Alas.

Hoy, más que nunca, tengo necesidad de alas.

Acudo a ti, Ser Supremo, habitante en la morada de los vivos o de los muertos.

Ser: ser que habitas el Todo, ser que habitas la Nada.
Supremo aliciente que siempre calmas mis horas más desesperadas.

Hay una intuición que, más allá de toda pena, de toda desgracia, dice
que tu lógica existe.

Solicito enmiendes mis pecados y me devuelvas la paz,
la serenidad de una sonrisa
nacida de entre las estomacales bocanadas de aire y vida
que esplende el mar,
en su huida de tierras hacia lunas.

Busco el radiante rayo que me vomitó una vez a esta existencia desasida
de toda cuerda armónica,
a este desasosiego de tránsfugos espíritus danzantes en el Universo de la carne.

Busco, tras la sombra, el sutil calor lento que dan las manos que no entienden de leyes, ni palabras, ni recuerdos, ni antojos, ambiciones o fugaces vidas en ciernes.

Acudo y me devuelves a la tierra húmeda de excrementos, allí donde las plantas hunden sus raíces por miedo a caerse, o por miedo a querer volar. A esa tierra que jamás ve la luz, a esa tierra que se ofrece como la única, como la auténtica realidad que todo lo explica.

Podría caminar eternamente en este correr de días estables; podría aceptar el mundo roto y dejar el intento de volar;
pero mis más egoístas plumas están allí donde nadie puede robarlas; allí, ajenas, escondidas al temblor de los mundos que se deshacen, de los mundos que lloran, de los mundos que débiles se decepcionan.

Mis plumas viven, existen. Mis plumas esconden inquebrantables esperanzas.

Alas.
Hoy, más que nunca, tengo necesidad de alas.

Propio
PD: En la fotografía aparece una escultura griega de la Victoria de Samotracia. Representa a la diosa Atenea en la proa del barco, para animar a los soldados y prestarles ayuda. Es mi escultura favorita. Es impresionante. Podría estar horas y horas admirándola. Llevo mucho tiempo fascinándome con ella, y he visto este momento muy apropiado para "utilizarla".