viernes, 22 de enero de 2010

Regreso

De los recónditos parajes donde habita la emoción
emerjo de día y a pleno sol.
De allí donde las estrellas durante el día
se asoman a beber;
de allí vuelvo yo,
harta de todo y aún con sed.
Habité en el hogar de la risa
y allí palpité entre dos mundos,
viviendo aquel misterio sin prisa,
lento y profundo.
Allí donde se forjaron los imposibles,
allí habité hasta que te fuiste.
Sin dejar rastro de huellas llegué
y ahora no veo camino que recorrer:
He olvidado el sendero para volver.
Ahora regreso sola,
sin ti,
a este mundo antiguo y extraño;
hoy vuelvo sola
y no me acostumbro a reír
sabiendo que nunca estuviste a mi lado.

Propio

martes, 19 de enero de 2010

EVOCO

Quiero que vengas a vivir en mí;
quiero que tus ojos
me recuerden sólo
todo lo que quise recibir de ti.
Necesito que tus labios, suaves,
comprendan los misterios
que tu mente alberga.
Vives con un aislamiento de aire,
que siempre sopla por nadie.
En ti las esperanzas
se volvieron momento.
Y después una mañana,
repentinamente,
de tinieblas emergieron
torbellinos de incoherencias
que embargaron mis sueños de estrellas.
Dudo de ti,
de tus problemas.
Dejas mi alma muda
y el incierto destino me abruma.
Si pudiera hoy zanjar las dudas...
Si pudiera hoy, definitivamente, hablar de ruptura...
Evoco a aquellas olas de espuma
que un día vinieron a mí
llenas de vida y de reír;
evoco a aquellos rayos de sol nuevo,
que me convencieron
de que aún existían amores verdaderos;
evoco a aquellas nubes
que se llenaron de colores
para decirme
que escuchara mis pasiones.
Evoco a los espíritus ancestrales
de enamorados errantes
que aún vagan solos,
pues soledad es
la condena del que entregó su ser.
Los evoco para que hoy vuelvan,
para que hoy que los necesito
me entreguen mi anterior existencia.
Quiero otra vez
mi mundo de por qués.
Quiero nuevamente mis ojos
vencedores de tentaciones y de antojos.
Quiero que esta ilusión se llegue a apagar,
sin esto tan extraño que me ata,
quiero volverme a desintegrar
en el firmamento de mi verdad,
sin esta tristeza que me atrapa.
Quiero estar a solas
sin el recuerdo de tu boca.


Propio

lunes, 18 de enero de 2010

Hombres, lobos, artistas e inmortales

“Muchos artistas principalmente pertenecen a esta especia (la de mitad hombre, mitad lobo). Estos hombres tienen todos dentro de sí dos almas, dos naturalezas; en ellos existe lo divino y lo demoniaco, la capacidad de ventura y la capacidad de sufrimiento, tan hostiles y confusos lo uno junto y dentro de lo otro, como estaban en Harry el lobo y el hombre (la parte instintiva y la parte racional). Y estas personas, cuya existencia es muy agitada, viven a veces en sus raros momentos de felicidad algo tan fuerte y tan indeciblemente hermoso, la espuma de la dicha momentánea salta con frecuencia tan alta y deslumbrante por encima del mar del sufrimiento, que este breve relámpago de ventura alcanza y encanta radiante también a otras personas. Así se producen, como preciosa y fugitiva espuma de felicidad sobre el mar de sufrimiento, todas aquellas obras de arte en las cuales un solo hombre atormentado se eleva por un momento tan alto sobre su propio destino, que su dicha luce como una estrella, y a todos aquellos que la ven les parece algo eterno y como su propio sueño de felicidad. Todos estos hombres, llámense como se quieran sus hechos y sus obras, no tienen realmente, por lo general, una verdadera vida; es decir, su vida no es ninguna esencia, no tiene forma, no son héroes o artistas o pensadores a la manera como otros son jueces, médicos, zapateros o maestros, sino que su existencia es un movimiento y un flujo y reflujo eternos y penosos, está infeliz y dolorosamente desgarrada, es terrible y no tiene sentido si no se está dispuesto a ver dicho sentido precisamente en aquellos escasos sucesos, hechos, ideas y obras que irradian por encima del caos de una vida así.

Entre los hombres de esta especie ha surgido el pensamiento peligroso y horrible de que acaso toda la vida humana no sea sino un tremendo erro, un aborto violento y desgraciado de la madre universal, un ensayo salvaje y horriblemente desafortunado de la naturaleza. Pero también entre ellos es donde ha surgido la otra idea de que el hombre acaso no sea sólo un animal medio razonable, sino un hijo de los dioses y destinado a la inmortalidad”.
Hermann Hesse, "El lobo estepario"

El alma del poeta

Apacibles momentos de ensueño
en que me sumo si me acerco a ti.
Horas que pasan volando
como si fueran vivir.
Embrujador de realidades
a base de telas
que se rompen como cristales.
Cúmulo de verbos, de sustantivos,
adverbios y adjetivos.
Banal método de acercarme
a un mundo
donde todo es inclasificable.
Mundo desde el que miro;
mundo imaginario;
mundo de los libros.
Quiero más vivir de mis ojos
que ven el mundo
sin temor ni decoro.
Adoro la filosofía
que perciben mis oídos
de todas las bocas,
de todas las melodías.
Agradezco a mis manos
porque tocan la seda
y conocen la alegría.
Siento el viento,
ora soplar lento
ora soplar fuerte
y conozco el girar de la suerte.
Huelo un arte
oscuro y profundo.
Huelo el mar
y conozco alguna misteriosa verdad.
A tus contornos,
frágiles siempre en cuerpo desnudo,
me asomo
y me abrumo.
Espacio de los sentidos,
conocimiento sensitivo
por donde toda sabiduría empieza
y acaso vaga el destino.
Libros, letras…
Nada ofrecen y todo alientan.
Sabio está de experiencias
el alma del poeta.

Propio

domingo, 10 de enero de 2010

Ven siempre, ven

VEN SIEMPRE, VEN

No te acerques. Tu frente, tu ardiente frente, tu
encendida frente,
las huellas de unos besos,
ese resplandor que aún de día se siente si te acercas
ese resplandor contagiosos que me queda en las manos,
ese río luminoso en que hundo mis brazos,
en el que casi no me atrevo a beber, por temor después a
ya una dura vida de lucero.

No quiero que vivas en mí como vive la luz,
con ese ya aislamiento de estrella que se une con su luz,
a quien el amor se niega a través del espacio
duro y azul que separa y no une,
donde cada lucero inaccesible
es una soledad que, gemebunda, envía su tristeza.

La soledad destella en el mundo sin amor.
La vida es una vívida corteza,
una rugosa piel inmóvil
donde el hombre no puede encontrar su descanso
por más que aplique su sueño contra un astro apagado.

Pero tú no te acerques. Tu frente destellante, carbón
encendido que me arrebata a la propia conciencia.
duelo fulgúreo en que de pronto siento la tentación de morir,
de quemarme los labios con tu roce indeleble,
de sentir mi carne deshacerse contra tu diamante abrasador.

No te acerques, porque tu beso se prolonga como el
choque imposible de las estrellas,
como el espacio que súbitamente se incendia,
éter propagador donde la destrucción de los mundos
es un único corazón que totalmente se abrasa.

Ven, ven, ven como el carbón oscuro extinto que
encierra una muerte;
ven como la noche ciega que me acerca su rostro;
ven como los dos labios marcados por el rojo,
por esa línea larga que funde los metales.

Ven, ven, amor mío; ven, hermética frente, redondez
casi rodante
que luces como una órbita que va a morir en mis brazos;
ven como dos ojos o dos profundas soledades,
dos imperiosas llamadas de una hondura que no conozco.
¡Ven, ven muerte, amor; ven pronto, te destruyo;
ven, que quiero matar o amar o morir o darte todo;
ven, que ruedas como liviana piedra,
confundida como una luna que me pide mis rayos!

Vicente Aleixandre

El amor como destructor y como espíritu de vida. El amor que mata y da vida, que consume y alimenta. No se puede describir mejor que en esta frase "duelo fulgúreo en que a veces siento la tentación de morir". Como decía Sabina: "amores que matan nunca mueren". El amor es ese estado entre la vida y la muerte. Esa tentación de morir en mí para renacer en nosotros. Esa tentación de olvidarme de todo, de sin más irme a esos brazos que son para mí la vida, a esas miradas que paran todo mi mundo, ese desvanecerse misterioso de mis pensamientos entre tus caricias. Alas, vida, temblor misterioso que mueve todo el suelo bajo mis pies, que alza mis ilusiones hechas estrellas hasta los impensables anhelos.

miércoles, 6 de enero de 2010

Lucha

La rutina acaba llevándose todo por delante. Cuando algo se convierte en rutina los sueños desaparecen. Empezamos a tener la certeza de que siempre tendremos eso que ahora tenemos. A medida que las relaciones se afianzan, que vamos teniendo seguro a alguien junto a nosotros, vamos dejando de apreciar su valor. La estima que damos a algo es inversamente proporcional al temor que tenemos de perderlo. Quizás por eso tanta gente tiende a dar una de cal y otra de arena. No sólo el riesgo trae el miedo consigo, sin que también la rutina trae miedo, miedo al agotamiento. Andar por este mundo como por una cuerda de funambulismo es muy complicado, pisamos un terreno poco firme, podemos caernos en cualquier momento; pero quizás nos compense, porque cada paso es único, inolvidable; cada paso cuenta. No somos más que funambulistas que día a día luchan por no caerse: no caerse a la rutina, no caer a los vicios, no caer a las tentaciones; lucha porque siga la magia.

martes, 5 de enero de 2010

Montaña de silencio

La roca que bajo mis pies retumba
no nació para morir en el olvido,
pues es piedra que no morirá nunca.
Mis pies a tu frío contacto
pierden la noción del tiempo.
se olvidan mis piernas de su carne
y se vuelven tan sólo pasos.
Por tus grises brillantes,
mis ojos ciegos de tanto mirarte;
por tus frías grietas,
gélido pensamiento de este instante.
Cuando a tus vistas me asomé,
temblé,
y todo mi cuerpo en un segundo
se sintió ligero como la brisa.
Con tu serenidad de sueño
poco a poco
absorbes todos mis pensamientos.
Roca de silencio;
estallido de Universo.
Cima apuntando al alto cielo.
Es más difícil
cada paso hacia arriba.
Cuanto más cerca estoy
de tu cima
más siento tu espíritu
que me mira.
Con tu pétrea frialdad
me transmites mensajes
de calma y de paz.
Empatizo contigo,
me aferro a ti
como a aquella sonrisa
que aún anda clavada en mí.
Te noto,
te siento,
noto tu suave caricia
y tiemblo.
Entre la inmortalidad de tus salientes
discurren mis mortales anhelos.
Eternidad de cielo,
desvelo de misterio.
Montaña de silencio.
Clamor de Universo.
Cumbre de mi sueño.

PD: Cuentas pendientes