miércoles, 29 de abril de 2009

EL ESTADO DE NATURALEZA

Es muy importante hacerse esta pregunta antes de entrar en cualquier cuestión sobre la justicia, antes de abordar cualquier tema político tenemos que irnos al origen. La naturaleza del hombre, ¿es buena o mala? Porque si pensamos que es bueno por naturaleza pensaremos que todos los problemas actuales, que los actos malvados son culpa de una desnaturalización. Pensaremos, si vemos al hombre bueno, que lo que hay que hacer es eliminar esos obstáculos que lo desnaturalizan y le apartan de su estado natural. En cambio, si pensamos que el hombre es malo por naturaleza pensaremos que cuando comete un delito, o algo malo hacia otros hombres, es porque las represiones a ese instinto natural son insuficientes. Una mentalidad represora es una mentalidad pesimista, que tiene una visión fatalista del hombre. Una mentalidad abierta es una mentalidad positiva. Todas las utopías suelen creer en el hombre bueno por naturaleza. Muchos teóricos hablan del hombre desnaturalizado, no del hombre malvado. Durkheim (Francia, 1858-1917) hablaba de la anomia en su interesante obra "El suicidio". La anomia es el estado del hombre sin normas (ni morales ni jurídicas) o, más filosóficamente, el hombre perdido en el mundo. Quizás sea este el estado de nuestra sociedad, una sociedad de hombres anómicos. No debemos reprimir más al hombre, no preocuparnos tanto por el individuo, sino por la sociedad en la que se le inserta. Hay que reclamar nuestra naturaleza, nuestro habitat natural para poder ser más naturales y más buenos. Estas grandes estructuras institucionales, estos grandes mercados, grandes economías, instituciones de poder alejadas del ciudadano, ciencia que avanza cerca de sólo unos pocos, tecnología en cambio constante...Todo esto que nos rodea nos sume con frecuencia en la más absoluta incomprensión e incoherencia. Nos produce caos, desconcierto y desaliento. Todo esto no es nuestra naturaleza, no son nuestros intereses naturales, sino los intereses creados que nos alienan. Leí una frase, que no recuerdo de qué autor era, que decía que "el hombre, alienado por lo superficial, ignora su ser más profundo".

sábado, 25 de abril de 2009

CONTRA EL RACIONALISMO

¿Es el mundo coherente? ¿Creemos que todo se puede explicar? ¿Aspiramos a entenderlo todo? Sí, todos aspiramos a eso. He aquí, una vez más, el antropocentrismo del hombre. Resulta insosportable no poder explicar algo que sucede. Se busca el porqué del amor, el porqué de la existencia, el porqué de la amistad, el porqué de los sentimientos...El hombre se cree que con unas cuantas teorías va a explicar el cosmos. Pero esto no es lo peor. El verdadero drama viene cuando cree que sus teorías son universales, que son las mejores, que son las que realmente descubren y describen el mundo. El drama humano es esa búsqueda incesante del imposible. Busca familiarizarse con lo que le rodea, poder preverlo de antemano. El hombre sólo teme lo que no comprende. Teme el Universo que le es inabarcable y por eso intenta limitarlo, adaptándolo a sus limitadas estructuras mentales. De ahí también su desnaturalización. La naturaleza es imprevisible, su coherencia no existe, no debemos perseguirla a toda costa. Admitamos el riesgo, el imprevisto, la intriga y la incoherencia, pues no hay otra naturaleza. El hombre sólo afirma que entiende algo cuando le ha puesto su sello, todo lo que queda sin sellar no existe, lo niega, lo teme. Por esto estoy totalmente en contra del determinismo, de las ciencias que se autodenominan "exactas". Tampoco acepto las doctrinas que no admiten réplica, ni los adoctrinamientos, ni las ideologías radicales, ni la discriminación o la exclusión. Porque nunca habrá respuestas definitivas, sólo relativas; sólo creo en las aproximaciones y el debate. Ahora, la genial frase de Camus: "Lo irracional, la nostalgia humana y lo absurdo que surge de su cara a cara, he aquí los tres personajes del drama que debe terminar necesariamente con toda la lógica de que es capaz una existencia".

EL DESTINO DE SÍSIFO

No he podido retrasar más mi comentario sobre Albert Camus (1913-1960). Es, para mí, el mejor filósofo que he leído. Fue un ciudadano realmente activo, implicado en los problemas de la sociedad francesa en la que vivió. Trabajó como periodista y denunció todos los abusos que el tiempo le permitió. Merece la pena leer "El extranjero", un libro en el que narra, en primera persona, lo que siente un condenado a muerte. Es un libro breve, sencillo, fácil de entender. Quizás en otra ocasión, si hablo de los sistemas punitivos, lo mencione. Ahora hablaré de un libro más de filosfía general, no centrado en un problema concreto. Este libro es "El mito de Sísifo". Sísifo fue condenado por los dioses a subir una piedra hasta la cima de un monte. Después de una larga jornada de trabajo, la piedra volvía a caer. Al día siguiente, Sísifo tenía que volver a subirla. Y así eternamente, un día tras otro. Cualquier ser humano se imagina a Sísifo triste, frustrado, condenado a una vida sin sentido. Aquí se demuestra el fanatismo del hombre. La única condena del hombre es su antropocentrismo. Siempre buscando encontrar su magnificencia, siempre buscando su valía. ¿Quién no se imaginaría a Sísifo triste? Todos lo imaginamos triste y frustrado. Nadie querría estar en su lugar, sabiendo de antemano que la historia siempre se repetirá. No querríamos subir la piedra, quedaríamos inactivos. Todos queremos llegar a la cima y quedarnos allí. Todos creemos que luchamos por algo, que algún día se encenderá una luz y llegaremos a nuestro paraíso personal. Pero no debemos aspirar a los paraísos. Debemos aspirar a subir la piedra un día tras otro, y ser capaces de encontrar en eso nuestra realización. La piedra es la vida. No hay más destino para el hombre que descubrir su insignificancia y sonreir. Terminaré ya con las palabras de Camus, que condensan mucho mejor estas explicaciones:
"La felicidad y lo absurdo son dos hijos de la misma tierra. Son inseparables. El error consistiría en decir que la felicidad nace forzosamente del descubrimiento absurdo. A veces ocurre que el sentimiento de lo absurdo nace de la felicidad".
"Todo el gozo silencioso de Sísifo está en eso. Su destino le pertenece. Su roca es su casa. De la misma manera el hombre absurdo, cuando contempla su tormento, manda callar a todos sus ídolos".

viernes, 24 de abril de 2009

EL MIEDO

“El 45,5% de las mujeres muertas por violencia de género no denunció”

Según la ficha resumen del mes de marzo de 2009 del Ministerio de Igualdad, sólo 5 de las 11 víctimas mortales por violencia de género habían denunciado. El Instituto de la Mujer mantiene que es muy probable que las mujeres no denunciantes hubieran sufrido agresiones habituales anteriormente.

Existen datos oficiales que prueban que muchas mujeres con problemas llamaron a teléfonos de información jurídica y posteriormente no entablaron ningún tipo de acción judicial. Durante marzo de 2009 se han atendido en el servicio telefónico de información y asesoramiento jurídico en materia de violencia de género 016 un total de 5.949 llamadas por violencia de género.

La mayoría de las llamadas de violencia de género atendidas fueron efectuadas por mujeres que llamaron a este teléfono para plantear consultas sobre su situación (el 79,8% del total); familiares y amigos de mujeres en situación de violencia realizaron 18.994 llamadas (el 17,6%) y profesionales y entidades públicas y privadas realizaron 2.807 llamadas (el 2,6%).

La situación social o personal no influye en la decisión de llamar para solicitar información. El Instituto de la Mujer afirma que “mujeres de todas las situaciones de pareja, edad, nivel de estudios, situación laboral, etc., han llamado para plantear consultas referentes a violencia de género. No hay que creer los prejuicios que llevan a pensar que las que no hablan son sólo las mujeres con menos nivel de educación o cultura”.
Podéis contactar con el Instituto de la Mujer y aclarar todas vuestras dudas, os atenderán muy amablemente.

Hasta aquí, la noticia; ahora, la reflexión.

El miedo tiene muchas caras. ¿Qué pasa por la mente de este que mata a su pareja? Muy posiblemente miedo. ¿A qué? Miedo a su entorno, miedo a su mujer, miedo al desprecio, miedo a que no le quiera, a que se vaya con otro, a que le abandone... He leído algunos libros sobre esto y los expertos piensan que el maltratador es un desintegrado social. Puede tener muchos amigos y puede parecer totalmente corriente, pero, en lo más íntimo de su alma, se encuentra solo, perdido. Se siente tan solo que se aferra a esa mujer con la que tiene una relación. Cuando comienza a estar con ella empieza siendo celoso, posesivo. Al principio está bien, "es señal de que me quiere" dicen muchas. En cambio, eso es sólo el comienzo. A medida que va pasando el tiempo la necesita más y más, y teme perderla. Llega a depender de ella de tal modo que no puede soportar la idea de quedarse solo nuevamente. En cambio, la mata. Porque era suya, porque la poseyó hasta el punto de disponer de su bien más preciado: su vida. Y quizás eso incluso le enorgullezca, le deje tranquilo.

El miedo, ese es el problema. Ya hablé del miedo a la soledad y la falta de autoestima cuando hablé de la indiferencia. Aquí vuelve a corroborarse la misma teoría. El miedo, la poca autoestima, lleva a depender de la otra persona hasta el punto de querer poseer su vida. Supone también un acto de envidia. Envidian la vida de su pareja. Como su vida no les vale, empiezan a fijarse en la vida del otro, y llega a encantarles esa vida ajena. Por eso la quitan del medio, para que no les estorbe, para no envidiarla.

Pero el miedo tiene otra cara. La de la mujer que no quiere hablar, que calla y aguanta el sufrimiento. Ese temor es, también, por falta de autoestima. Por miedo a no ser escuchada, a no recibir asistencia. Algunas, incluso, por miedo a romper con esa vida que siempre han tenido y tener que empezar en otro sitio. Temen no saber seguir solas, no creen que puedan vivir sin ese hombre, del que muchas veces dependen económicamente. Temen no saber, temen no poder; es decir, dudan de sus capacidades, de su valía.

En conclusión, hay que superar el miedo a la soledad, el miedo a valer poco. Hay que aprender a vivir en este mundo en el que, en las cuestiones más profundas, todos estamos solos y, a la vez, todos somos compañeros de soledades.




miércoles, 22 de abril de 2009

LA INDIFERENCIA Y NIETZSCHE

La indiferencia es una actitud que me encanta. Es una actitud que sólo saben llevar a la práctica las personas realmente inteligentes. Aquella persona que no te importa no tiene por qué afectarte. Dice un refrán popular que "no hay mayor desprecio que no hacer aprecio". Me indigna que la gente discuta sin motivo. Y que terminen enemistándose por falta de diálogo. Cuando alguien no nos importa, nada de su vida nos importa. Cuando alguien pasa desapercibido en nuestras vidas, no tenemos en cuenta sus comentarios. Y punto. Nada más. En cambio, cuando nos hacemos los indiferentes, y en el fondo sentimos un fuerte impulso que nos lleva a esa persona, estamos mostrando nuestro complejo más absoluto.
Yo, interesado en el carácter de esta persona, hago como que me es indiferente. ¿Por qué, para qué? Para no caer en la decepción de mostrarle mi interés y que no sea correspondido. ¿Por qué ese miedo? Porque no me valoro lo suficiente. Quien no tiene estima de sí mismo necesita recurrir al ocultamiento, al subterfugio. La vida requiere ausencia de miedos. Es la única forma de ganarla realmente. Y no hay más enemigo que nosotros mismos. Dice Carlos Chaouen (gran cantautor) que : "no hay más adversarios que nosostros de espaldas".
Tengo más miedo de las personas acomplejadas y frustradas, incapaces de ser sinceras consigo mismas y con el mundo, que de cualquier otra cosa. Porque ahí está el origen de muchos males: en la falta de autoestima.
Después de todo esto, diré otra cosa: ninguna persona debería sernos indiferente. Toda persona es especial, única e irrepetible. Toda persona vive, lleva un mundo a sus espaldas y, sólo por eso (¡y cuánto es eso!), merece la pena.
Me gusta la gente que dice sí, y levanta la cabeza, y pretende progresar. La gente que dice sí, me interesas, y quiero intentar conocerte; la gente que dice sí, soy feo, pero tengo otras cosas. La gente que dice sí, cometo errores, pero estoy orgulloso porque lucho para no repetirlos. Y aquí citaré una frase de Nietzsche, un filósofo genial y poco reconocido, explicado y entendido:
"¿Pues qué cosa sería bella si la contradicción no hubiese cobrado antes conciencia de sí misma, si lo feo no se hubiese dicho antes a sí mismo: Yo soy feo?".

martes, 21 de abril de 2009

Para qué la filosofía


PARA QUÉ LA FILOSOFÍA

Muchas personas se preguntan esto. Muchos creen que la filosofía es algo que hacen aquellos que malgastan el tiempo. Lo ven infructuoso, que sólo conduce a la depresión, a la soledad o al aislamiento. No obstante, todos filosofamos alguna vez en nuestra vida. No sólo alguna vez, sino continuamente. el problema reside en el miedo a comunicar nuestros pensamientos, en e miedo a que el otro rechace lo que pensamos y, en consecuencia, entendamos que rechaza toda nuestra persona. En esta sociedad moderna de cambios constantes, tanto en tecnología como en política, legislación, ciencia, relaciones sociales...el hombre cae en el vértigo. Tanta novedad y cambio hace que perdamos un pilar firme sobre el que sujetarnos, sobre el que mantener nuestra existencia. El ser humano, con su miedo innato a la incertidumbre, debe acoplarse en este mundo que lo rodea. Entonces, ante ese miedo, es cuando se plantea las grandes preguntas: para qué, por qué, para qué estar aquí, qué lugar debo ocupar en este mundo, cuál es mi sitio. Sobre todo eso, el hombre quiere saber su sitio. En todas estas ocasiones nos planteamos cuestiones filosóficas. Cuestiones que deben responderse seriamente, que no cabe solucionar a la ligera. Es hora ya de que el ser humano piense, se piense, una cuestión que está quedando demasiado marginada. La culpa de este mundo tan insolidario, tan injusto, tan incoherente es que los hombres actúan antes de pensar. Tanto políticos, ministros de fe y demás gente "notable", como el ciudadano "de a pie" estamos olvidando forjar unos pilares antes de actuar. Sólo esta falta de pilares puede explicar las aberraciones que nos rodean y que vemos diariamente en la realiad más cercana (y más lejana). Necesitamos la filosofía porque necesitamos una base sólida de valores, porque necesitamos poner en paz nuestro interior para poder poner paz después a nuestro alrededor. Una persona pacífica no es una persona indiferente, sino una persona que tiene paz interior y que quiere transmitir esa paz a todos los que la rodean.
Para saber filosofía no es necesario haber leído mucho, ni conocer qué dicen Kant, o Nietzsche, o Camus, o Hermann Hesse. La filosofía se lleva dentro y basta para conocerla con el propio pensamiento; es algo inherente a todo ser humano. La filosofía no se enseña, sólo se aprende a pensar filosóficamente. Me gusta la filosofía porque el destino de todas ellas, el punto de llegada, es la solidaridad y la empatía. Al final del todo, el hombre descubre que no es nada, que no tiene un fin magnífico en este mundo; entonces decide amar y ayudar a todos aquellos seres que, como él, no son nada.
Por favor, pensemos filosóficamente antes de actuar.

EXISTENCIALISMO

Como ya dije, Hesse es demasiado espiritualista, lo que lleva también a un fatalismo. Pretende unificar el Universo, ponerlo en orden, en coherencia. Esto es algo imposible. La verdadera virtud se encuentra en descubrir el caso, en aceptar que nunca vamos a podernos explicar lo que pasa, y en aceptarlo. Para eso recomiendo existencialistas como Albert Camus o Sartre. Son geniales para potenciar una vida plena y sin frustraciones. Ya publicaré algo de Camus. Es contemporáneo de Sartre. Primero es necesario reflexionar hasta sacar todo el partido a los espiritualistas.

PALABRAS Y PERSONAS


Sigo con Hermann Hesse. Y es que las palabras, el lenguaje, es imperfecto. Es imperfecto por varios motivos:
Las palabras tratan de explicar con coherencia un mundo que es, de por sí, incoherente. Acotamos una realidad, la reducimos, la relacionamos y diseminamos hasta que encaja en nuestras estructuras mentales. Cuando encaja, sentimos que la comprendemos, que ya poseemos la sabiduría. Pero las palabras, muchas veces, no pueden describir la realidad que sentimos. A veces las palabras se quedan demasiado cortas cuando intentamos transmitir una emoción, un sentimiento. Queremos expresar una realidad con un aluvión de palabras. Al final la realidad queda oculta tras toda esa verborrea. Las personas calladas no son las menos perceptivas. Quizás sean las que más perciben del mundo que les rodea. Perciben tanto que quedan inmovilizadas. El movimiento rápido y constante llega al final a la total degradación, a la inmovilidad. El pensamiento ágil llega a la inexpresividad. Cuando tanto percibimos que no sabemos qué expresar, cómo; cuando nunca nos parece apropiada esa o aquella expresión, cuando nada encaja en ningún momento; cuando sentimos todo eso, entendemos que el mundo es incoherente, inexpresable.
De Siddharta: "Sí, puedo amar a una piedra, así como un árbol y hasta un pedazo de corteza. Son cosas, y las cosas pueden ser amadas. En cambio, soy incapaz de amar las palabras. Por eso las doctrinas nada significan para mí; no tienen dureza, ni blandura, ni colores, ni cantos, ni aroma, ni sabor: no tienen más que palabras.
Tal vez sea sto mismo lo que te impide encontrar la paz; tal vez sea todo este exceso de palabras. Pues también liberación y virtud, también sansara y nirvana son simples palabras, Govinda. No hay objeto alguno que sea el nirvana; sólo existe la palabra nirvana".

LA UNIDAD

En primer lugar, quiero decir que me alegra mucho saber que hay gente que ha visitado mi blog, independientemente de la reacción que su lectura haya causado. Espero que me sigan haciendo comentarios fructíferos que me animen a seguir creando entradas.
Seguiré poniendo fragmentos de Hermann Hesse porque es de mis favoritos. No obstante, hay momentos en los que discrepo de su concepción del mundo. Es demasiado espiritualista y demasiado individualista. Para él la felicidad se halla en un estado de ánimo, es un estado del alma. Comprender la vida, para él, es comprender la Unidad del mundo. Su filosofía es preciosa, sublime y profunda. Pero es, digamos, sólo el comienzo. Es una filosofía a perfeccionar. Sus ansias de comprensión de la Unidad (algo imposible) y su fracaso al no encontrarla pudieron ser los motivos que le llevaron con quince años al intento de suicidio. Es una filosofía contemplativa, no práctica. Me recuerda a los románticos, pero no es un tan rebelde inconformista, sino que su decepción se basa más bien en una inadaptabilidad a su entorno.
El fragmento que sigue está extraído de "Siddharta" y demuestra esta teoría de la Unidad del Universo:
"Poco a poco fue floreciendo y madurando en Siddharta la idea, la noción de lo que realemente era la sabiduría, el objetivo final de su larga búsqueda. No era otra cosa que una disponibilidad del alma, una capacidad, un arte secreto que le permitía concebir en cualquier momento, en medio de la vida, la idea de la Unidad, que le permitía sentir la Unidad y respirarla. Lentamente fue floreciendo ésta en su interior, reflejada por el rostro viejo e infantil de Vasudeva: armonía, ciencia de la eterna perfección del mundo, sonrisa, unidad".
La imagen que adjunto refleja exactamente la impresión que me dejó el libro.

sábado, 18 de abril de 2009

SER HOMBRE


"El hombre no es de ninguna manera un producto firme y duradero, es más bien un ensayo y una transición; no es otra cosa sino el puente estrecho y peligroso entre la naturaleza y el espíritu. Hacia el espíritu lo impulsa la determinación más íntima; hacia la naturaleza, en retorno a la madre, lo atrae el más íntimo deseo. entre ambos poderes vacila su vida temblando de miedo".

Este fragmento procede del libro "El lobo estepario" de Hermann Hesse.

Hermann Karl Hesse nació en Calw, localidad ubicada en Baden-Wurtemberg, donde transcurrieron los tres primeros años de su vida(hasta 1880) y tres años de colegio (1886 a 1889).

En su juventud hizo grandes viajes por Italia y también por la India, los cuales serían determinantes en gran parte de la temática que se presenta en sus obras. En la India su abuelo y su padre habían sido misioneros. Su educación estuvo dividida entre Alemania y Suiza de 1881 a 1886; estudió en un colegio de humanidades, abandonándolo dos años después.Un fuerte giro a su vida sucedió tras algunos problemas con sus críticas a la Primera Guerra Mundial en 1914. Demonizado por la prensa y abandonado por sus amigos tras la publicación de un ensayo en el que pedía a Alemania que no cayera en el nacionalismo, se encontró en medio de un conflicto político que junto con su fracaso matrimonial y la muerte de su padre, acabó por llevarle en 1919 a Suiza, nacionalidad que adquirió en 1921.

Murió de una hemorragia cerebral mientras dormía, a la edad de 85 años.
Recibió el premio Nobel de literatura en 1946, como reconocimiento a su trayectoria literaria.

Es un libro que me encanta. Lo recomendaría a todo aquel que sintiera en algún momento que su vida está desnaturalizada, que no encuentra sentido a nada, que anda como perdido por el mundo. Muestra lo que muchos seres humanos sienten, es la vida misma. Pero lo recomiendo a personas con cierta madurez mental, a partir de los 17 años aproximadamente. Nos presenta la historia de un artista y pensador que espera que algo grande suceda en su vida, incuso está dispuesto a hacer grandes sacrificios para conseguir ese ideal. Pero va descubriendo que la vida se satisface de lo prosaico, de lo efímero, de lo intrascendente, que no existen los grandes destinos.

Fragmento del libro


viernes, 17 de abril de 2009

Un blog literario diferente nace en internet

"Para aquellos que desean sentirse comprendidos. Para aquellos que sienten algo que no pueden expresar. Para los necesitados de palabras. Para aquellos que sienten en algún momento la necesidad de leer algo que les aclare las dudas más ingenuas, más tontas y más complejas a la vez. Para aquellos, la respuesta siempre es un libro". Pero, ¿qué tipo de libro? Eso pretende responder la creadora del blog.
El blog permite que sus visitantes encuentren exactamente lo que están buscando. Tiene una selección de los mejores libros para la reflexión personal y la actividad introspectiva. Su objetivo principal es ayudar a los lectores a encontrar aquello que buscan en cada momento. Porque nadie tiene un género literario preferido, sino que depende del estado de ánimo o del momento personal en que se encuentre.
El blog va creciendo y enriqueciéndose progresivamente, ya que su creadora no pretende que sea un blog estático y permanente, sino algo en continua evolución.
Tiene un estilo fresco, directo y sencillo. Permite encontrar lo que buscamos fácil y rápidamente.
La información sobre el libro consta básicamente de tres partes: Fragmento extraído del propio libro que contiene la esencia principal del mismo, un apartado que comienza con "para los que", en el que la creadora dirá a qué tipo de lector podría interesarle, breve apunte biográfico sobre el autor y, para terminar, resumen en unas líneas del contenido del libro.
La creadora nos despidió diciendo que "lo que enriquecerá el blog serán sobre todo los comentarios de sus visitantes".