miércoles, 29 de julio de 2009

Vivir, morir, reir, escapar

Rompe la tela de tu araña;
rompe la envidia,
el miedo y la desesperanza.
Saca fuera lo mejor.
Deja ver a los demás
ese interior.
Cuando tus lágrimas se sequen
olvídate de la muerte.
El cielo rasgó su tela
para traerte a esta tierra.
Búscate un lugar,
búscate en los demás.
Búscate tu oportunidad.
No sientas pena;
no sientas rabia;
ni orgullo
ni vergüenza.
Encuéntrate en otra mitad.
Vivir, morir, reir, escapar.
Cuando llegue el día
búrlate de la alegría.
Me saludan las palabras
todos los días
por mis ventanas.
Se estrellan mis miedos
contra el suelo
todas las mañanas.
Hay un mensaje que adivino
cada vez que digo:
Vivo libre, sin destino.
Hay un mensaje
que adivino;
hay un mensaje
escrito para mi lenguaje:
que habla a mis oídos,
que sale por mi boca
y me descubre el camino.
Senderos de vida,
senderos de dudas,
certezas, amores
y desvelos.
Senderos que corro, que caigo, tropiezo, encuentro y quiero.

Compases del alma

No sé por qué, pero este poema me suena a canción. Es que hasta siento que le pegaría ponerle música. En fin, me salió así, de golpe, así que no está muy "perfeccionado". Ha sido un "algo que ha surgido", pero creo que tiene algo especial y que por eso merece un sitio en el blog.

Los corazones desbordados
de sonrisas en el lago
han roto todo;
han abierto nada.
Lo que nada acaba,
lo que nada empieza.
Lo que nunca comienza
y es porque estaba.
Recuerdos anhelados
cuando te buscaba,
cuando mi cuerpo sin saberlo
quería tus manos.
Han roto los cristales
de los reflejos de la luna.
Y han llevado todo
a lo más hondo.
Hay un millar de atardeceres
esperando;
haya amaneceres
aguardando.
De la oscuridad de la duda
nace la claridad más segura.
Llenaremos las mañanas
de desvelos
en las madrugadas.
Los compases de tu alma
cantan al son
de mis palabras.
Los corazones desbordados
de sonrisas en el lago.

lunes, 6 de julio de 2009

Un regalo

Empezaré diciendo que no creo en el destino. No quiero creer. Es mejor. Porque me hace sentir más libre, más yo, más dueña de mi propia vida, sin un camino ya trazado.

El destino no me gusta, no lo quiero saber, ni explorar, ni me importa. Porque quizás el destino está ahora. El destino es un momento presente que se proyecta en el futuro. No hay presente, no hay pasado, no hay futuro. En este instante está ya presente un porvenir. Cuando la semilla no es una flor aún, ya es una flor; aunque no haya germinado ya lleva en sí, en su esencia, el espíritu de la flor que llegará a ser algún día.

No me gusta el destino porque no me gusta eso de decir que ya vendrá la persona ideal, que ya vendrá el trabajo ideal, la circunstancia oportuna... Es cómodo pensar que todo vendrá a su debido tiempo. Pero eso nos paraliza porque nunca actuamos, siempre esperamos. Y a mí no me agrada una vida sentada esperando.

Sin embargo, sí creo en la Magia. No quiero que me venga la circunstancia adecuada, ni que las cosas buenas vengan en desfile por mi vida. Aspiro más bien a unos ojos capaces de ver la multitud de Magia que me rodea, todos los sucesos fantásticos que ocurren a mi alrededor. La Magia está, existe. En el mundo pasan cosas maravillosas que cada día me hacen más consciente de la verdad de su existencia. Pero es muy difícil captarla. Hay que tener un corazón muy desarrollado y unos sentidos muy desbordados para percibirla. Por eso, por ser tan extraordinaria, es tan compleja y tan asombrosa la Magia.

A veces, cuando pasa algo mágico, la gente lo llama Destino. Cuando conocemos a alguien maravilloso decimos que el destino lo puso ahí para nosotros. Pero no es el Destino, es la Magia la que trae a nosotros personas que nos colman de alegría, que nos hacen rebosar entusiasmo y bondad por todos los poros de nuestra piel. Debe ser magia el hecho de que alguien, de pronto, un día, entre en nuestra vida y haga que nos sintamos sobrepasados, y haga que entremos en una nueva dimensión.

Es magia que exista la palabra Nosotros. Magia el que dos personas se encuentren por casualidad y sus almas se identifiquen; magia el hecho de estar vivos sobre la misma tierra, en el mismo instante de la eternidad.

Es magia, no le quitemos su excepcionalidad.

Es magia que irrumpe en la vida de algunos afortunados y les hace estallar todas sus teorías.

Es MAGIA, no Destino.