jueves, 12 de marzo de 2015

Poeta de versos enclaustrados



















Poeta de versos enclaustrados,
que cuando quieren salir a la superficie
se me mueren en los labios.

Poeta de lunas y miserias,
de Dioses y quimeras.
De realidades y bondades,
de horror y muchas enmiendas.
Camino enmendado,
sembrado de errores,
donde recóndito se esconde
el abrazo que me acoge. 

Camino incierto, difícil
y horrendo.
Poeta, que quiso ser sólo tierra
y se vio obligado a mirar al cielo.

Difícil apuesta:
entre decisión lasciva
o alma divina.

Apuesta al todo
que te alimente,
porque todo cuanto apuestes
ya te lo robará la vida.

Hoy no acaba bella esta poesía
Hoy me cansé de llorar 
y seguir invocando a la alegría.

Hoy sé que también esto pasará,
pasará esto, lo otro y lo de más allá.

Y cada destino seguirá tratando de encajar:
de buscar su sitio
y entonar su compás.

Sé que todo gira y gira
hasta que encuentra sin más.
Pero yo ya me he cansado
de girar por girar.

A veces sueño
y duermo sólo por soñar;
y ya no sé si lo que sueño
son ilusiones o designios.

A veces vivo,
y parece que otro habitante
me posee mientras me río.

Lloro por dentro, lloro
porque quiero gritar mi desconsuelo
y que no se me hinchen los ojos.
Pareciendo venir de la alegría
es miedo todo cuanto lloro.
Hoy maldigo todo
porque todo me mata los días.

Poeta rota
de alma silente,
que no expresa ni la mitad
de cuanto siente
más que sobre papel,
manchado de heridas,
en este diálogo sin gente,
donde lloran también conmigo
sus hojas, ensangrentadas en tinta.


Creación Propia