lunes, 15 de octubre de 2018

Qué sería sin

Qué sería de mi cicatriz
sin el recuerdo de tu herida.

Qué sería de mi boca
sin tu beso latente
durante eternidades detenidas;
qué sería de tu abrazo
sin mi pecho que lo abriga.

Qué de tus preguntas
sin respuestas, que buscaban
en mi palabra
una esperanza entre mentiras.

Qué sería de tu pecho
sin mis besos;
de tu aliento
sin mi saliva. 

Qué sería de mis debates
sin tus risas.
Qué
de mi piel sin tu mordida...

Donde no cabía nadie,
al final se abrió la veda
y frenar no quisimos, ni pudimos.

Donde no cabía nadie
me convertí en tu sutil habitante.

Donde hablar quiso el destino
buscando a tientas
una luz en el camino.

Allí, nos vimos. Allí, nos vivimos.

Donde una voz de barro
puso alas a tu instinto.
Donde caprichosos jugábamos,
juntos,
en el mar de nuestro olvido.

Allí, un día, miramos y nos vimos.

Qué sería de tu lengua
sin mi gemido
cuando el reloj y la prisa
se desnudan los vestidos.

Qué de mi roce sin tu
gesto agradecido.

Seríamos la Nada, naufragando
en el mar de los pasos perdidos,
desordenando los recuerdos
de lo que se ha querido.

Seríamos la Nada, allí donde nos vimos.



Creación propia