martes, 10 de noviembre de 2015

Ahora...

No sé a veces qué escribirte,
ahora que has dejado de ser mentira.

Ahora que no eres el amante imaginario
al que podría soñar tener algún día.

Qué escribir ahora que la realidad
supera aquello que imaginar podría.

Ahora, que mi carne a tu contacto
reacciona sin más,
sin versos de por medio
y con mil rutinas cotidianas
que lo podrían estropear.

Ahora, cuando la pureza de una poesía
amañada a mi gusto y antojo
se ha vuelto cruda y amable realidad.

Ahora, que ya no hay hueco de ausencias,
ni lejanas distancias entre tu sombra y la mía;
ahora, que sabes prácticamente todas
mis virtudes y manías,
que me conoces seria, alegre, plena y vacía.

Ahora que no hay pausas en que esconder nada,
ahora, que tras un día
viene otro día.

Qué escribo ahora cuando no hay tragedia
entre tú y yo
con la que componer la melancolía.

Pues ahora diré mucho más:

Que me encanta
compartir tu sonrisa,
que ya conozco tu gesto serio
y cómo se va transformando poco a poco
cuando le suelto una ironía.

Que tu halo en la mirada, y ni siquiera
tu tez sombría
ya me preocupan,
pues no hacen más que recordarme
mis también dudas y cabezonerías.

Que sé que tu sed se vuelve vaho a nuestro contacto
y que sé que sabes
que mi hambre
se vuelve aún más ganas
cuando irredento emprendes una nueva batalla.

Que navego sin timón ni miedo
conforme tu mar me atrapa.

Que mis ojos estaban esperando
desarrollar su esencia
en el espejo de tu mirada.

Que quizás te encontré tarde,
o tal vez fuera en el momento justo,
pero eres todo mi presente,
todo mi pasado y
todo mi futuro.

Creación Propia