miércoles, 30 de septiembre de 2009

Nuevos poetas

De María Sanz:

"El ciclamos dormía a las puertas del sueño,
ignorando que su primavera
ya había despertado sobre otras forndas, y, mientras, la tristeza
se encarnaba en ave, por sentir
que áun había vientos buscando sus abrazos".

"Soledad de la espera, de quien huye
del mundo hacia sí mismo.
Soledad bien venida y silenciosa
de los días del alama, anegando el refugio más íntimo,
buscada soledad
en la penumbra de cualquier tarde,
soledad a solas,
viviendo en los confines de algún adagio,
lluvia bordando transparencia.
Se ha rizado la sangre
con una leve brisa de amor inadvertida".

Ahora de Joaquín Copeiro:
"Aspiro el aire fresco de la tierra con los ojos cerrados y, en la mano, el beso de la muerte y de la vida: que el agua me acaricie y me enternezca, pues sólo con el sueño de tu música puedo sobrevivir en la esperanza.
Necesito del hueco de tu ausencia, con tal de poseer algo de ti.
Ausente del tiempo y el espacio, existo en un abismo de dolor, borrado para el mundo de un plumazo.".

"Elige con pasión la estilográfica y carga su depósito de sangre,traza tu nombre ahí, sobre la niebla,que el valle se estremezca con tu rúbrica, y un puntito al final de la pared,complemento preciso, creación cósmica,porque manchas la nada con la tinta, como mancha un reactor el cielo azul. Un grito corrosivo, mordaz, muerte,un relieve punzante y pico de águila,navaja de barbero en carne viva: bruma y herida amarga en las entrañas".

"No existen ya profetas.
Ahora ya todos se han venido abajo, han rendido sus brazos y sus voces al dios de los guerreros boreales.
No es llanto mi dolor; es impotencia.
¡No existen ya profetas, ni heroínas, ni respiran las voces del milagro!"

"OLA DE LARGO RECORRIDO
Esta ola de largo recorrido,
enorme en su amplitud, de panza incierta,
está palpando el culo de los dioses,
en su mejor cenit, y allí lo lame,
ola sin sal, de espuma negra y frío,
como un carámbano de lucha agónica,
tragedia del destino y de los hombres.
Son tantos nombres los de sus ahogados,
que no podrá con ellos su memoria.
¿qué fuerza oscura habita,
océano de muertos ,
en tu nadir de nadie?".

Son buenísimos. Mis dos nuevos (y apreciadísimos) descubrimientos. Son simplemente geniales, y contemporáneos.

HENRY MILLER

Estoy leyendo "Trópico de Cáncer" de Henry Miller. Es un libro que no sé exactamente cómo calificar. En realidad, llevo casi un mes leyéndolo, y aún no puedo decir que me gusta ni que no me gusta. No es un libro, es en realidad como una pesadilla; es tan surrealista que, más que leer, pareciera que estoy soñando cuando lo leo. Pero, desde luego, la calificación no puede ser mala. Es un libro impactante, desde luego. Es diferente a muchos otros libros. Es un estilo quizás violento, brusco; pero desde luego el uso del lenguaje, descripciones y pasajes que tiene son realmente impresionantes. Es un libro que debe "consumirse" en pequeñas dosis, demasiado surrealismo junto puede no ser demasiado bueno. Así que, por ahora, dejo unas notas que he ido cogiendo:

"El cáncer del tiempo nos está devorando. Debemos marcar el paso, en filas cerradas, hacia la prisión de la muerte. El héroe no es el tiempo, sino la Intemporalidad".

"Cuando el gran silencio descienda sobre todo y por doquier, la música triunfará por fin. Cuando todo vuelva a retirarse a la matriz del tiempo, reinará el caos de nuevo, y el caos es la partitura en la que está escrita la Realidad".

"Tú eres mi caos. Por eso canto. Ni siquiera soy yo, es el mundo agonizante que se quita la piel del tiempo".

"Por el momento no puedo pensar en nada... excepto que soy un ser sensible apuñalado por el milagro de esas aguas que reflejan un mundo olvidado. A lo largo de las orillas, los árboles se inclinan pesadamente sobre el espejo empañado; cuando el viento se levante y los llene con un murmullo rumoroso, derramarán algunas lágrimas y se estremecerán, mientras pase el agua en torbellinos. Eso me corta el aliento".

"Me siento a su lado, y ella habla: un diluvio de palabras. Comentarios desordenados y febriles de histeria, perversión, lepra. No escucho ni una palabra, porque es bella y la amo, y ahora me siento feliz y dispuesto a morir".

"Y llega una noche en que todo ha acabado, cuando tantas mandíbulas se han cerrado sobre nosotros, que ya no tenemos fuerza para resistir, y la carne nos cuelga del cuerpo, como si todas las bocas la hubieran masticado".

"Hay algo exasperante en ese movimiento, algo abortivamente melancólico en él, como si tuviese el color del plomo y de la leche mezclados".

"En el centro de la plazoleta hay un grupo de edificios decrépitos, tan deteriorados, que se han desplomado unos sobre otros y han formado una especie de abrazo intestinal".

"En estos cien últimos años aproximadamente, ningún hombre ha sido lo bastante loco como para meter una bomba por el ojo del culo a la creación y hacerla saltar por los aires (…). Vamos a consignar la evolución de este mundo que ha muerto, pero que no ha recibido sepultura. Estamos nadando en la superficie del tiempo y todo lo demás ha naufragado, está naufragando, va a naufragar".

Estos fragmentos me parecen, sinceramente, insuperables. Si algo creo que tiene Henry Miller es la capacidad de contar un sentimiento, describir una impresión. No dice cómo son las cosas, sino cómo siente las cosas, el mundo que le rodea. Y es capaz de transmitirnos esa sensación, sin decirnos el color, ni la longitud, ni la altura o anchura. Contagia lo que siente, y eso es mucho más loable que contar lo que ves.

martes, 22 de septiembre de 2009

PRESAGIO

Hay olor a miseria por todas partes. Hay putrefacción y muerte. Las sombras de la nada se baten sobre los inciertos cielos del vicio. Hay personas que ya no son personas, sino gusanos que se arrastran ante cualquier trozo de algo fresco, de algo auténtico. A una palabra sincera, acuden como buitres cientos de seres andróginos, que ya no se sabe si son hembras, machos, hombres, monstruos o enanos. Cuando el cielo se nos desploma llamamos a las puertas de la superstición. Cuando la vida se nos va consumiendo, nos entrometemos cual parásitos en otras vidas, para así saciar la sed de agua que dejaron las gotas de vinagre rancio. La religión ha prescrito y no tenemos una filosofía que nos sostenga. Los ídolos se han derrumbado y no nos encontramos dentro de nosotros. Cuando apenas existe en el mundo una sonrisa sincera, no la reconocemos porque tenemos los ojos lodados de inmundicia y morbosidad. Nuestras manos no atinan ya a apreciar la suavidad de una caricia; no aspira nuestro olfato el olor de la lluvia, ni el perfume de la naturaleza; nuestros oídos no oyen la armónica melodía del Universo.
Hay miradas que no miran, sino usurpan, roban y despedazan. Hay ánimos que no animan, sino exterminan. Esto no es tierra, sino un vertedero de excrementos, donde fermentan al sol las ilusiones que se nos han ido cayendo por el suelo.
Este es el lugar donde el hombre se va autodestruyendo, poco a poco. Este es el lugar donde se autocastiga, por pecar, por caer, por tentar. No hace falta nada más, este es nuestro principio, y nuestro fin. Es nuestra bendición y nuestro tormento. No esperemos más.
Ojalá el olor hediondo siga saliendo, inunde todo, nos asfixie lentamente. Ójala, pues tal vez así asumamos que nuestro cometido es otro.
Un día muchos brazos se alzarán por encima del estiércol reclamando algo. Empuñarán banderas tejidas con lágrimas. Pero no serán brazos fuertes ni firmes; serán los brazos de aquellos que dudaron, de aquellos que reclamaron algo, siempre; los brazos de aquellos que presagiaban que algo estaba pasando.

PD: Atendiendo a mis reclamos

lunes, 7 de septiembre de 2009

Felicidad o felicidades

Ya dije que creo en la magia. El tiempo es mágico también. A veces las cosas sólo nos pasan como el humo. Ni siquiera llegan a tocarnos, sólo sentimos un cosquilleo cuando pasan por nosotros. Tan sólo el humo a veces nos puede mover, un leve soplido, una leve brisa puede mover montañas. Puede derrumbar reglas, estadísticas, normas muy forjadas y cualquier cosa. Este es el efecto mariposa. El aleteo de una mariposa puede hacer que haya un huracán en la otra parte del mundo. Una mirada puede hacer que en nuestra mente todo dé la vuelta. Un cruce de palabras introduce la duda. Y el cruce de palabras se queda corto, y querrías más, pero no pudo ser. Y sientes que el tiempo se esfuma, que los minutos se escapan colgando entre tus dedos. Y quieres atraparlo, y querrías detener el tiempo, que no siguiera cayendo. Pero tal vez la magia reside en eso, en su brevedad. Y al final la vida se compone de instantes breves e intensos. ¿Felicidad o felicidades? Yo creo que felicidades. La felicidad no es estabilidad, no creo que haya largas temporadas felices, sino momentos determinados que nos colman de algo inexplicable, que nos desbordan y nos hacen temblar. Eso es felicidad, lo otro es tan solo no infelicidad.

PD: Quizás sí, quizás no.
Dejo una canción de Revolver. Me quedo con una frase: "Las cosas parpadean y se mueven, y todo aquello que no tiembla no está vivo".

Esclavos de pasiones

Porque todos hemos querido muchas veces arrancarnos la conciencia, y acabar así con el dolor, aun sabiendo que ello conlleva necesariamente también la pérdida de la alegría.
Porque la soledad y el miedo se alimentan mutuamente y porque, al final, sólo somos sirvientes, esclavos de nuestras pasiones; una raza que se crece y se descrece; y que se humilla en el mismo fuego en que se enorgullece.
Porque a todos los que son capaces de sentir todo esto, creo que esta rima les demostrará que no están a solas con su dolor, que sienten el mismo dolor que ya otros sintieron, sentirán o están sintiendo. Por eso la dejo aquí. Por eso, y porque esta rima es ya una parte de mí, porque la he leído cientos de veces.
Espero que os guste:
Olas gigantes que os rompéis bramando
en las playas desiertas y remotas,
envuelto entre la sábana de espumas,
¡llevadme con vosotras!
Ráfagas de huracán, que arrebatáis
de alto bosque las marchitas hojas,
arrastrando en el cielo torbellino,
¡llevadme con vosotras!
Nubes de tempestad que rompe el rayo
y en fuego ornáis las desprendidas orlas,
arrebatado entre la niebla obscura,
¡llevadme con vosotras!
Llevadme, por piedad, adonde el vértigo
con la razón me arranque la memoria...
¡Por piedad!... ¡Tengo miedo de quedarme
con mi dolor a solas!