lunes, 24 de septiembre de 2012

Drácula


El otro día leí en el periódico un artículo y hubo ciertas frases que no me puedo resistir a copiar aquí. el autor es Gustavo Martín garzo, escrito en El País del 15 de septiembre de 2012. Son estas:
"Se ha cumplido este año, en el mes de abril, el centenario de la muerte del escritor irlandés Bram Stoker, autor de Drácula (1897), de la que Oscar Wilde dijo que era la novela más bella escrita jamás.
Drácula, la novela de Bram Stoker, nos enseña que no somos dueños de nuestros deseos, por eso nos perturban. no es cierto que nuestro cuerpo nos pertenezca, siempre pertenece a otro: a aquel o aquella que lo hace despertar.
El deseo le pide al amor que prolongue sus goces, y el amor le pide al deseo que no lo deje sin locura.
Mientras que Lucy termina devorada por esa sexualidad y por transformarse ella misma en una vampira, Mina logra sustraerse a su influjo gracias a la fuerza del amor. La historia de estas dos muchachas es sin duda el corazón de este libro extraordinario.
"Drácula" representa lo que Nietzsche llamó la "gran razón del cuerpo".
Solo el conde Drácula habla de lo que somos, sólo en él se esconde nuestra verdad.
Las victorias de Drácula, como las del demonio cristiano, proceden de una comprensión profunda de la naturaleza de sus víctimas.

A pesar de todo el horror que le produce el conde, lo que Mina nos dice es que deseaba entregarse a él.
Pero no solo es Mina la que cae bajo el influjo de Drácula, sino que también éste se siente turbado, al menos unos instantes, por la irrupción de un sentimiento nuevo, incompatible con su naturaleza demoníaca: la intuición del amor humano.
Drácula representa el mundo del deseo sin límites, sin moral, sin posibilidad de aplazamiento o renuncia; Mina, el mundo paciente e inquieto del amor humano, tan cercano a esa escritura que trata de liberarse de la tiranía de las convenciones sociales y atender las razones del cuerpo. Y lo perturbador de esta novela es que nos dice que esos mundos no pueden dejar de estar juntos. El deseo le pide al amor que prolongue sus goces, y el amor le pide al deseo que no lo deje sin locura. Ambos buscan lo que no puede ser: las nupcias entre la vida y la muerte".

Por supuesto, no dejéis de leer "Drácula" de Bram Stoker.