viernes, 25 de mayo de 2012

Cada día, empezar de cero...

¿Cómo podría elegir cuál de entre todas nuestras reacciones es más importante que otra? ¿Cuál es la más importante: la que reniega, la que acepta, la que acaricia, la que seduce, la que intriga, la que inquieta…? Tal vez todas, no hay nada que escape al control, a ese filtro que cala en nuestro corazón. Porque no hay nada que le podamos ocultar, recuerda todo, con detalle, recuerda todo lo que le interesa, y aunque a veces intente taparlo, él sabe que está; y que hay cosas que no se pueden remediar. Hay actitudes que ya no pueden volver, hay errores que no se pueden enmendar. Podemos decidir vivir con el arrepentimiento, con la lástima, con la lamentación de que no debería haber sucedido… Pero, también, siempre tal vez sea momento para volver a empezar, para empezar desde cero, como si nada existiera antes. Es difícil, pero si queremos, se puede. Porque todo cambia: el mundo, sus personas, sus pensamientos, sus actitudes… Y el secreto de la felicidad, de la tranquilidad… Tal vez sea ese, aprender a cambiar con todo lo que nos rodea, a aceptarlo día tras días, evolución tras evolución… Cada día, empezar de cero… Creación propia