domingo, 23 de agosto de 2020

Porque somos sal


Todos venimos de sal
y nos encontramos de camino
nadando hacia el mar.

La sal de la risa 
que se queda enredada en el pelo,
de las lágrimas 
que arrancan todos los desvelos.

Sudor salado 
que agita, desvoca,
evoca y agota. 
Es sal el brillo de unos ojos
que al mirarnos 
encienden sueños y antojos.
Es sal la suerte que atrapas
entre tus dedos:
ese destino escurridizo
que huele a temor y a intento.

Por eso. 
Háblame con tu voz como pálpito
hasta estremecerme las entrañas.
Háblame como a esa sirena 
que salió un día del mar,
que pisó tierra y se volvió realidad;
que canta
por el día, tarde, noche, aquí y allá.
Háblame con palabras de viento y de sal
para que pueda resurgir de nuevo
cada vez que vuelva a naufragar.
Para que despierte nadando 
cuando venga a esta tierra 
que sabe a real.

Háblame
con el viento y la verdad
para que cada día camine
inundada de sal.

Patricia Gómez Sánchez

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