jueves, 9 de septiembre de 2021

En globo

 

Ver un globo aerostático en el cielo, con esa silueta redondeada, siempre me traslada a la infancia.
No sé exactamente por qué, pero siempre me vuelven esos pensamientos de cuando era niña: cómo lograba mantenerse ahí en el cielo, volando y sin caerse, sólo a base de fuego; quién lo dirigía; cómo se conducía, o dónde había que conseguir la licencia para hacerlo...
Pero sobre todo, me preguntaba cómo sería ver las cosas desde tan alto, con perspectiva, desde fuera de ellas mismas: mi pueblo, mi barrio, mi casa, incluso cómo me vería yo misma, desde ahí arriba.
Hoy, sigo reflexionando sobre la necesidad de mirarnos, a nosotros mismos y a todo lo que nos rodea, desde fuera, desde lejos...
Como si estuviésemos en un globo aerostático que asciende más allá de nosotros mismos, de nuestras rutinas y nuestros conceptos predeterminados acerca de lo que son las cosas.
Mirarnos, desde donde los prejuicios no existan porque aún no se han inventado; donde cada cual se respete a sí mismo, se conozca, reconozca y se ame, como reconozca a sus iguales.

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