Simplifiquémonos.
Hasta el punto.
Y, después, el infinito.
Dos caras de lo mismo:
Círculos concéntricos
que empiezan donde terminan
y acaban donde comenzaron.
En esta antítesis cínica
de
esto
y lo contrario.
Maraña de mentiras
que se agolpan
entre los pulsos calientes
y las palabras que desmienten.
Búsqueda
de una perfección que no existe,
alimentada a base de ritos. Mitos.
El punto:
como otra visión cósmica
del infinito.
Patricia Gómez Sánchez
No hay comentarios:
Publicar un comentario