martes, 11 de mayo de 2010

Evangelios de piedra, cielo y agua



"Una cierta continuidad en la desesperación puede engendrar la alegría. Y, cuando la vida las mezcla a cierta temperatura, el alma y la sangre viven cómodas en sus contradicciones, tan indiferentes al deber como a la fe".

"Hundida en la belleza, la inteligencia come su porción de nada. Ante estos paisajes, cuya belleza aprieta la garganta, cada pensamiento es una tachadura sobre el hombre. Y bien pronto, negado, cubierto, recubierto por tantas convicciones aplastantes, se convierte ante el mundo en ese borrón informe que sólo conoce la verdad pasiva, o su color, o su sol. Los paisajes tan puros son esterilizantes para el alma, y su belleza le resulta insoportable. En esos evangelios de piedra, de cielo y de agua, ha sido dicho que nada resucita. Y, sin embargo, en el fondo de ese desierto magnífico para el corazón, comienza la tentación para los hombres de estas tierras".

"¿La medida del hombre? El silencio y las piedras muertas. Todo lo demás pertenece a la historia".

Del libro "Nupcias" de Albert Camus

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