domingo, 26 de abril de 2020

El baile de sus manos



Sus dedos: ágiles,
como suaves,
determinantes y firmes,
fuertes pero frágiles,
sutiles...
deslizándose de tecla en tecla:
surtidores de sonrisas,
pasión y entrega,
danzando en un baile
de puertas abiertas.

Demostrándonos un alma
nacida para eso:
llevarnos, siempre, a un mundo de amor y sueño.

En cada nota,
un mundo que se muestra:
armonía, ritmo y melodía
iluminando las horas,
que pasan, extrañas,
entre altibajos y extremos
en los últimos días.

Lo miro,
y todos mis sentidos lo miran,
respiran y suspiran.

Ojos: cuando observan cómo sus manos
tocan el piano y me elevan
en ese ritual cada día sacralizado.

Tacto:
Que hasta parece que toca
todo lo que evoca,
y se eriza mientras me recuerda:
un roce que alimenta y no pasa en vano,
un latido que se expresa apasionado.

Olfato:
en ese estallido de fragancias que revientan
cuando cada nota
deja su eco
como si quisiera
que no abandonásemos su huella.

Lengua:
que se mueve para dentro,
aguantando lo que quiero
pero no puedo.
Un gusto amargo
que, entre los silencios,
pausas breves y vacíos inhabitados,
acallo.

Oído:
Al que llega cada aliento
que sale de esas manos.
Cada "lejos pero cerca"
y cada "seguiremos esperando".
Cada suspiro y cada aplauso.
Tan alegre, triste, nostálgico,
tan alentador, tierno y salvaje.

Fuente que nutre todos mis Yos:
el que se muestra y el que está en la sombra.
Un alma que despierta y un ardiente corazón.

Ojos, piel, sonidos, boca y olor.
Plenitud del aire
cuando tu música es mi canción.

Patricia Gómez Sánchez

No hay comentarios: