Huir no es sólo irse.
Es no querer volver.
Es partir de un lugar
donde no nos sentimos,
desde donde no deseamos que nos miren.
Es dejar de hacer caso
a eso que nos dicen.
Huir es romper, darse cuenta de que no,
de que ya no eres quien fuiste;
salir de un lugar que tal vez ni elegiste.
Huir es tener valor
para negarse a continuar,
no es rendirse, es decidirse:
partir
para alejarnos de los días grises.
Huir
es mucho más que irse.
Patricia Gómez Sánchez
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