jueves, 26 de agosto de 2010


YO FUI

"Yo fui.

Columna ardiente, luna de primavera,

mar dorado, ojos grandes.
Busqué lo que pensaba;

pensé, como al amanecer en sueño lánguido,
lo que pinta el deseo en días adolescentes.
Canté, subí,
fui luz un día
arrastrado en la llama.
Como un golpe de viento
que deshace la sombra,
caí en lo negro,
en el mundo insaciable.

He sido".

Luis Cernuda


He sido. Haber sido debería bastar. Haber sido el rostro del deseo, la destrucción de la llama, el viento que arrastra.
Debería bastar.
Pero nunca basta.
El que conoce el poder de la llama, no puede vivir sin su fuego.
El que conoce la brisa del viento no puede ya apartarse a una vida enclaustrada, donde ningún aire mezcle ya sus cabellos.
Persigue el aire aquel que olió un día, como único aliento que exhalara el oxígeno vital que insufla sus venas de vida.
El que conoce el rostro que tiene el deseo, cuando travieso busca víctimas en las que depositar sus tentaciones, persigue infatigable aquella sombra, pues deseo puede ser el único temblor que moviera sus instintos.
El que conoció anhela.
El que sintió recuerda y desespera.
Yo quisiera ser en el mundo asceta:
Olvidar que la sangre me hierve a borbotones en las venas cuando añoro esa presencia.

Propio


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