jueves, 5 de mayo de 2011

Atrévete



Recorrería la huella hasta encontrarte, allí donde la piel roza el hueso, donde el pálpito sucede a cada aurora.


Recorrería sin dudar el camino a la condena, ese del que nadie ha vuelto y al que nadie se resiste.


Me encontrarías inerme ante la guerra desatada de tus pasiones, allá lejos, buscandote entre las amapolas.

Estoy, pero no iré.


Inerte en suelo de nadie, volando a ras de ilusiones, planeando un camino sin señales, sin mapas tras el horizonte de tu ausencia. Búscame camino a tierra, navegando entre las olas.


Despacio, deprisa, o como te dicte la conciencia. Me encontrarás esperándote, al compás de la vida, siseando entre serpientes, vipeando entre reptiles, pero esperándote a solas.


Escucharás que me fui, que cambié; me verás extraña o perdida entre la multitud. No dudes, no cambié, sólo me mimeticé.


Te espero y no sé por qué. Táchame de cuerda, táchame de loca. Amo la vida, y todas sus obras. Amo la incertidumbre, el dudar, aunque a veces me desvele a deshoras.


Busco tras el abismo la brisa del rocío, quiero acceder a la más inaccesible rosa, escuchar tras la voz el sonar de las caracolas; tras el pesar la lágrima del gozo, tras el placer, el destino del abandono, tras la lluvia el sol que acaricia los antojos. Tras la luna, espero oir el arrepentimiento de tus sollozos. Busco, tras el reto de tu mirada, el deleitarse de tus ojos.


Abandónate, ríndete. Atrévete y vivámoslo todo.


Si las sirenas llegaran con sus cantos a cegarnos los oídos, no lo olvidaremos, estamos unidos en este camino. Sálvate tú de tus sirenas, que yo hago lo propio con los míos. Cierra las puertas a estos abismos.


Rompe la brecha entre tus días y los míos.

PD: Las palabras no solucionan la vida pero, al menos, la hacen más bonita.








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