El cielo se ha pintado en sfumato,
justo ahora cuando me dirijo a él
para que me ayude a precisar
dónde están los límites,
los bordes, los por qués.
Quizás pretenda revelarme
que no existen
los contornos exactos,
que no los busque,
que me deje fluir
y permita al corazón
hacer lo necesario.
Que dé la vuelta a las cosas
y observe del revés:
porque la verdad está en el otro lado,
donde no existen los nombres
y donde todo prejuicio
sólo queda en un tal vez.
El cielo se ha pintado en sfumato
justo cuando en mi mente empezaba a llover.
Patricia Gómez Sánchez
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