martes, 10 de noviembre de 2009

Semejanzas de realidad


En este vacilar
entre la existencia y el vacío
aún queda un momento
para la sorpresa.

La tormenta amaina
en este carnaval
de instantes que se escapan.

Aún queda hueco
para el suspiro;
aún existen aprecios.

Cuando la tiniebla
inunda los ojos
de espesura densa,
casi como un rayo
viene mi extrañeza:
una mirada sonriente,
un cuerpo que representa
un corazón caliente,
unas palabras que estremecen.

Los sueños rotos se recomponen,
los desvelos de amaneceres
se vuelven apenas visibles,
prácticamente inexistentes.

Hay un hálito de divinidad
en esta sinceridad;
un reclamo que llama
a las misteriosas puertas
del alma.

Amistad,
entre visiones difusas,
entre temores, dudas y falsedad
algunos caminos se entrecruzan;
Caminos auténticos,
similares o idénticos,
que aspiran a encontrar
semejanzas de realidad.

Decía Aristóteles que "la amistad es un alma que ocupa dos cuerpos".

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