sábado, 25 de abril de 2009

EL DESTINO DE SÍSIFO

No he podido retrasar más mi comentario sobre Albert Camus (1913-1960). Es, para mí, el mejor filósofo que he leído. Fue un ciudadano realmente activo, implicado en los problemas de la sociedad francesa en la que vivió. Trabajó como periodista y denunció todos los abusos que el tiempo le permitió. Merece la pena leer "El extranjero", un libro en el que narra, en primera persona, lo que siente un condenado a muerte. Es un libro breve, sencillo, fácil de entender. Quizás en otra ocasión, si hablo de los sistemas punitivos, lo mencione. Ahora hablaré de un libro más de filosfía general, no centrado en un problema concreto. Este libro es "El mito de Sísifo". Sísifo fue condenado por los dioses a subir una piedra hasta la cima de un monte. Después de una larga jornada de trabajo, la piedra volvía a caer. Al día siguiente, Sísifo tenía que volver a subirla. Y así eternamente, un día tras otro. Cualquier ser humano se imagina a Sísifo triste, frustrado, condenado a una vida sin sentido. Aquí se demuestra el fanatismo del hombre. La única condena del hombre es su antropocentrismo. Siempre buscando encontrar su magnificencia, siempre buscando su valía. ¿Quién no se imaginaría a Sísifo triste? Todos lo imaginamos triste y frustrado. Nadie querría estar en su lugar, sabiendo de antemano que la historia siempre se repetirá. No querríamos subir la piedra, quedaríamos inactivos. Todos queremos llegar a la cima y quedarnos allí. Todos creemos que luchamos por algo, que algún día se encenderá una luz y llegaremos a nuestro paraíso personal. Pero no debemos aspirar a los paraísos. Debemos aspirar a subir la piedra un día tras otro, y ser capaces de encontrar en eso nuestra realización. La piedra es la vida. No hay más destino para el hombre que descubrir su insignificancia y sonreir. Terminaré ya con las palabras de Camus, que condensan mucho mejor estas explicaciones:
"La felicidad y lo absurdo son dos hijos de la misma tierra. Son inseparables. El error consistiría en decir que la felicidad nace forzosamente del descubrimiento absurdo. A veces ocurre que el sentimiento de lo absurdo nace de la felicidad".
"Todo el gozo silencioso de Sísifo está en eso. Su destino le pertenece. Su roca es su casa. De la misma manera el hombre absurdo, cuando contempla su tormento, manda callar a todos sus ídolos".

1 comentario:

Cris dijo...

Te iba a contestar a tu comentario en la última entrada que has puesto, pero es que me ha gustado tanto esta del "mito de Sísifo" q he preferido escribirte aquí...Me tienes que dejar ese libro.

¡¡Ya no me acordaba de nuestro concierto GRATIS de Quique González!! jajjaja, eso es tener suerte y lo demás es tontería...hay que repetir, aunque esta vez si puede ser con entrada anticipada que yo pasé un mal rato ahí en la puerta esperando jajaj

Sigue filosofándo Patri, en el fondo a todos nos gusta escucharte aunque nos quejemos =)