martes, 6 de octubre de 2009

El Arte

Es una pintura de Pieter Claesz.

"Es un enigma siempre renovado: las grandes obras son formas visuales que en nosotros alcanzan la certeza de una adecuación intemporal. La evidencia de que ciertas formas, bajo el aspecto particular que les dan sus creadores, atraviesan la historia del Arte y, como expresión implícita del genio individual, constituyen todas ellas facetas del genio universal es profundamente perturbadora. ¿Qué congruencia hay entre una obra de Claesz, una de Rafael, una de Rubens y una de Hopper?

Pese a la diversidad de los temas, los soportes y las técnicas, pese a la insignificancia y lo efímero de existencias abocadas siempre a no ser más que de un tiempo solo y de una cultura sola, pese también a la unicidad de toda mirada, que no ve nunca más que lo que le permite su constitución y sufre por la pobreza de su individualidad, el genio de los grandes pintores ha llegado al corazón del misterio y ha exhumado, bajo apariencias diversas, la misma forma sublime que buscamos en toda producción artística. ¿Qué congruencia hay entre una obra de Claesz, una de Rafael, una de Rubens y una de Hopper? El ojo encuentra en estos maestros, sin tener que buscarla, una forma que desencadena la sensación de la adecuación, porque a todos se nos aparece como la esencia misma de lo Bello, sin variaciones ni reservas, sin contexto ni esfuerzo. Pero, en la naturaleza muerta del limón, irreductible a la maestría de la ejecución, que hacía surgir el sentimiento de la adecuación, el sentimiento de que "así es como debían disponerse los elementos", que permitía sentir el poder de los objetos y de las interacciones entre éstos, abarcar en la mirada su solidaridad y los campos magnéticos que los atraen o los repelen, el vínculo inefable que los une y engendra una fuerza, esa onda secreta e inexplicada que nace de los estados de tensión y de equilibrio de la configuración, que hace surgir el sentimiento de adecuación, la disposición de los objetos y los manjares alcanzaba ese universal en la singularidad: la intemporalidad de la forma adecuada.

¿Para qué sirve el Arte? Para darnos la breve pero fulgurante ilusión de la camelia, abriendo en el tiempo una brecha emocional que parece irreductible a la lógica animal. ¿Cómo surge el Arte? Nace de la capacidad que tiene la mente de esculpir en el ámbito sensorial. ¿Qué hace el Arte por nosotros? Da forma y hace visibles nuestras emociones y, al hacerlo, les atribuye este sello de eternidad que llevan todas las obras que, a través de una forma particular, saben encarnar el universo de los afectos humanos".

Muriel Barbery, "La elegancia del erizo"

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