martes, 14 de junio de 2011

"El lector", un gran libro, una gran película


Hay muchas personas que dicen que nunca un libro es igual que una película. Que nunca se puede igualar la expresión de los sentimientos descrita en un libro con la descripción que hacen las actitudes de unos actores. Y después de ver "El lector" tras haber leído el libro, debo decir que, si el cine no supera a la literatura en este caso, sí que lo iguala al menos. La interpretación de Kate Winslet es brillante y todo: desde los decorados hasta cómo se aprecia cada mínimo detalle en la película, la buena elección de planos para situarnos en la escena, los diálogos... hace que esta película nos haga reflexionar sobre muchas cosas.

No siempre la frontera entre la culpabilidad y la inocencia es clara. Quiénes son víctimas y quiénes verdugos. Muchos sociólogos atribuyen la culpabilidad última de algunos delitos a la sociedad, muchos defienden que el sistema aliena a la gente, que la corrompe y que la lleva a actuar de formas que ellos no habrían elegido si hubiesen sido libres de verdad. ¿Qué nos libera y qué nos condena? ¿La pobreza es una forma de condena? ¿El reconocimeinto del derecho a la libertad era necesario? ¿No es algo innato al ser humano que al reconocerlo queda puesto en duda? ¿es libre el que ignora? ¿Es culpable de ignorar el que ignora? Todo tiene muchos matices. Una vez más me defino como escéptico, porque no creo en las verdades absolutas, ni las afirmaciones rotundas. No me gustan los prejuicios ni las clasificaciones categóricas.
Desde luego, una forma de condena son las barreras que uno mismo se autoimpone cuando se niega a reconocer sus defectos. El primer paso para superar una barrera es verla, aceptarla y atreverse a franquearla.

De todo esto trata este libro "El lector" de Bernard Schlink y la película con la gran interpretación de Kate Winslet, entre otros.

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