martes, 10 de noviembre de 2020

Eros

 

Yo no quiero acabar en tu cama
y despertar siendo una más.
 
Quiero que me hables al oído
y me digas que sólo
querrías desvestirte conmigo.
Quiero entrar en ti
invocando a Eros
para que nos acompañe esta noche
hasta que nuestras lenguas acaben
confundiendo sus egos.
 
Hasta que las palabras pierdan
su sentido exacto
y desvistamos todo razonamiento:
Hasta que todos los reparos y prejuicios
acaben vencidos, inermes,
rodando por el suelo.
 
Que la prisa sólo sea
por querernos de nuevo,
que no exista más medida
que el tiempo que cabe
entre beso y beso.
Que me desnudes a versos,
de forma que cada final de estrofa
sólo sea una manera de quitarme la ropa.
 
Quiero que entres en mí
como territorio aún no conquistado,
poniendo tu nombre a todas mis banderas,
para que cada vez que se icen
me recuerden quién eras.
 
Que juegues con tus manos,
trémulas,
a identificar mis lunares
despertando mis volcanes
para hacer con ellos
una geografía perfecta.
 
Quiero ser tu musa
para inspirarte
cada vez que te pierdas
debajo de mi blusa.
Tu amada más cauta
y tu amante más impura.
  
La aserción donde acaban tus dudas:
tu comedida, moderada, responsable;
tu emotiva, inexplicable, tentadora y salvaje.
 
No, yo no quiero un amor libre
ni deslustrado:
Yo quiero ser la única
que provoque tus orgasmos.
Exclusiva y excluyente:
Yo quiero ser tu pecado
más impenitente.
 
Quiero pecar contigo
para tener que redimirnos juntos
el resto del camino.
 
Ahora ven
y empieza a hablarme al oído.

 

No hay comentarios: