También necesitamos vivir de algo:
De ese desvelo apresurado
que nos despierte
a las tres de la mañana,
con el atardecer de una sonrisa
dibujado en las sábanas.
Vivir, de un abrazo que se busca
entre nuestras vacilantes manos
y los contornos imprecisos de nuestras dudas.
De un sueño
de imprevistos improvisados
que quieran decirnos algo.
Un detalle, mínimo,
que lo significa todo
para nuestros oídos desalentados.
Tan sordo y tan gritando.
Algo,
como lo que se intuye tras esas caras
que, monótonas y reiteradas,
pensamos.
Necesitamos vivir por algo:
por eso que se esconde tras los labios
cuando las ilusiones avanzan
lentas,
sin prisa ni pausa,
poniendo color a cada escenario.
Algo como un cielo,
un lienzo,
que sobre este gris desgastado
dibuje esperanzas de tonos cálidos.
Algo que,
removiendo las pasiones,
nos ayude a pensar calibrando;
eso que, resolviendo lo imposible,
nos aliente a seguir buscando.
Algo que nos abra los ojos
sin falsas promesas
ni argumentos vacuos:
Tan suave como amargo,
que engañe al sentido
de nuestro vivir descolocado.
Que nos haga más humanos:
Ciertos, inseguros,
determinados,
laberínticos,
con destino, o improvisando,
Tan carnales... como místicos...
…Todos, al final,
necesitamos vivir de algo.
Patricia Gómez Sánchez
29/11/2020
("No sólo de pan vive el hombre",
palabras que pronunciaba Lorca en la inauguración de la biblioteca de Fuente
Vaqueros, en 1931).
No hay comentarios:
Publicar un comentario