martes, 2 de junio de 2009

Pequeños placeres

Seguiré con las "pequeñas" cosas. Los pequeños detalles, las pequeñas emociones, los pequeños placeres...Y es que las pequeñas cosas son muy importantes. Porque si sabemos ver esas pequeñas cosas, las grandes no serán tan imprescindibles como siempre hemos pensado. Si hacemos de lo cotidiano algo deseable, algo agradable, no estaremos tan deprimidos ni nos quejaremos tanto de lo mal que va todo. Mucha gente aspira al éxito, al prestigio, al reconocimiento. Y está bien. Está bien querer que la gente reconozca tu trabajo. Y está bien que quieras tener un coche caro, una casa muy lujosa, un trabajo en el que ganes mucho dinero, está bien ser amigo de gente famosa, que ha "triunfado" en su vida. Está bien si realmente con eso somos felices. Todas esas aspiraciones son muy dignas. Pero es difícil situarse en esa posición, sobre todo cuando no hay ayudas externas. Podemos pasar toda la vida aspirando al ascenso, aspirando a elevar poco a poco el status. ¿Y algún día estaremos todo lo arriba que deseamos? Seguro que no. El éxito es un vicio, el nivel de tolerancia sube y cada vez necesitamos más dosis. Mucha gente relaciona éxito y felicidad. Pero esto es porque relacionan éxito con admiración, éxito con aprecio, ¿quizás hasta éxito con cariño? Carencias afectivas podrían estar detrás. Buscan en el dinero y la fama una conversación perdida con sus padres, o con sus hijos, o con sus amigos; se refugian en el dinero de todo lo que no dijeron a aquella persona que les importaba, todo aquel cariño no dado lo tapan y tapan con éxito, y enmiendan su falta de coraje con diplomas, medallas y premios. Pero siguen frustrados, porque el prestigio no les devuelve la oportunidad perdida, y porque las oportunidades que surgen en el éxito no se ven, porque ya no percibimos, porque son como el cazador que sólo persigue una presa, que sólo persigue la fama y no ve ninguna otra cosa que se le cruce. Y buscan en el materialismo lo perdido en el sentimentalismo. Y son dos ámbitos insustituibles: al materialismo lo que es del materialismo, y al sentimentalismo lo que es del sentimentalismo.

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