lunes, 25 de mayo de 2009

EL TIEMPO

El tiempo es un gran enemigo del hombre. Muchos de sus problemas se deben a la idea del tiempo. Muchos de nuestros sufrimientos tienen su origen en el pasado, o en el futuro. Tenemos preocupaciones por lo que nos hicieron, por lo que sucedió; y preocupaciones por lo que vendrá, por la repercusión que nuestros actos del presente van a tener en el futuro. El tiempo no existe. El tiempo no es algo natural, no es más que una invención del hombre. Y es algo bueno la medición del tiempo, por supuesto que lo es. El tiempo resulta de gran utilidad. El hombre sin tiempo se perdería, estaría desorientado. El hombre no sabe vivir sin tiempo, necesita medir todo lo que encuentra a su alrededor. El hombre necesita medir la distancia, el volumen, la masa, el tiempo, necesita leyes y leyes físicas, químicas... Necesita comprender, en términos mentales, too el mundo que lo rodea. Y no está mal, es un gran mérito, una gran forma de buscar explicaciones. El problema viene cuando todo eso, lejos de ser útil, se convierte en un estorbo, en una obsesión. Michel ende, en su gran libro “Momo” hablaba de unos hombres grises que se fumaban el tiempo de los hombres. Es evidente que, con esa fábula preciosa sobre la vida, Michel Ende pretendía demostrarnos que somos unas máquinas de consumir tiempo, más que unos seres que viven. “Momo” es un cuento infantil, pero es como “El principito” de Antoine de Saint Exupery, es una gran esencia. Para mí los escritores de cuentos infantiles son, igual que los filósofos, los que pretenden resolver las dudas más complicadas. Y es que, ahí, en los cuentos, es donde se habla claro, donde se dan ejemplos, donde se reflexiona. Las preguntas que tratan de resolver los niños son las preguntas más esenciales del ser humano. El niño que empieza a descubrir es el ser humano que empieza a ser humano. Recomiendo “Momo” a cualquier edad, porque es un libro que leí hace mucho, pero tienen una ternura impresionante, unas fábulas muy logradas y un lenguaje simbólico y sencillo capaz de llegar a cualquier corazón. Porque sufres con la protagonista, porque te enfadas con ella, ríes y sientes a la vez que cada uno de sus personajes. Y es que, en literatura, se trata de eso. Y, decía Milan Kundera, que “las preguntas verdaderamente serias son aquellas que pueden ser formuladas hasta por un niño. Sólo las preguntas más ingenuas son verdaderamente serias. Son preguntas que no tienen respuesta. Pero precisamente las preguntas que no tienen respuesta son las que determinan las posibilidades del ser humano, son las que trazan las fronteras de la existencia del hombre”.

1 comentario:

Cris dijo...

Hay una canción de Jarabe de Palo que se llama así "Tiempo" a lo mejor te gusta =)