sábado, 16 de mayo de 2009

Entre el Todo y la Nada


En realidad, este es el verdadero poema en el que me inspiré para dar nombre al blog. En algún momento tenía que entrar el prota, y ¿qué mejor momento que éste, cuando celebro 22 entradas? El poema es mío. Tiene montones de fallos, la rima no sigue ningunas reglas, pero lo que importa es más el contenido que el continente, así que, simplemente, aquí lo dejo.
Siento que este es el momento.
Ahora se explican todas las cosas.
Ya no hay misterio.
Hoy sé por qué. ¿Por qué? Por nada.
¿Por qué luchar? Por nada.
¿Por qué vivir? Por nada.
¿Por qué morir? Por nada.
He descubierto todo,
y todo a la vez es nada.
Ningún objetivo es lo suficientemente grande,
no hay un destino arriesgado, ni único,
ni al que debamos sentirnos llamados.
No hay sentido en guiarnos por algo.
Por muchas veces que la subamos,
la piedra cae de nuevo, rodando.
Vivir por otro propósito, es vivir en vano.
Sólo vivir.
¿Por qué? Por nada.
¿Por qué entonces? Por todo.
Vivir por vivir.
Sin aspirar a lo grandioso
podremos siempre reir.
He descubierto mi insignificancia,
y en ella he encontrado un lugar común
con aquellos que me acompañan.
He descubierto que vivir es un círculo.
Y estoy feliz.
Vivir por vivir
es nuestro destino,
eso es el ser humano.
No me asustan ya los abismos
ni las metas ni los críticos.
No temo el porvenir.
Quiero sólo vivir hoy,
sin averiguar adonde voy,
en un presente eterno;
ese era el secreto.

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